Los momentos más tristes y dolorosos son en los que tienes que animarte y seguir adelante.
La vida sigue, no se va a parar a esperarte. Cuando ya no sepas que hacer, piensa que te quedan cientos de cosas por vivir: enamorarte, una, dos, tres, cincuenta veces, las que hagan falta. Tienes que volver a soñar, volver a ilusionarte, a correr, a gritar, a despertarte con una sonrisa, tener algo por lo que luchar.
Porque piensa una cosa, solo sobreviviran los que sepan adaptarse al medio, y si tú no lo haces... simplemente te arrepentirás de no haber sabido aprovechar cada segundo de tu vida.
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